lunes, 22 de agosto de 2011

Enfermedad inflamatoria pélvica


¿Qué es la enfermedad inflamatoria pélvica?

Es un cuadro infeccioso que se produce fundamentalmente por el paso de gérmenes al aparato genital interno femenino a través de la vagina. En raras ocasiones el germen llega al útero, trompas u ovarios a través de la vía sanguínea.

Los gérmenes patógenos producen infección en la vagina, fundamentalmente en las trompas de Falopio, raras veces en los ovarios, produciéndose un cuadro de pelviperitonitis localizada.

¿Cómo se produce la inflamación pélvica?

En algunos casos, son la consecuencia de interrupciones del embarazo no llevadas a cabo en las mejores condiciones de asepsia. También puede producirse durante un parto o en cualquier manipulación con instrumentos del aparato genital: laparoscopia, histeroscopia, histerosalpingografía...

Puede aparecer después del inicio de relaciones sexuales con una nueva pareja, cuando ésta es portadora de algún germen patógeno, que a través de la vía sexual puede causar estas infecciones siempre que las relaciones sexuales se mantengan sin preservativo. Éste es un método anticonceptivo preventivo muy adecuado para las enfermedades de transmisión sexual, y por tanto de las enfermedades inflamatorias pélvicas.

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miércoles, 27 de julio de 2011

Efectos Secundarios de Los Anti Inflamatorios

Cuando se toma un Antiinflamatorio no esteroideo por vía general -por ejemplo, por vía oral, en supositorio o en inyección intramuscular-, pasa a la sangre y se reparte por todo el organismo. La parte que a través de la sangre llega a las estructuras implicadas del dolor de espalda, pueden mejorarlo. Pero el resto es inútil y puede generar efectos secundarios.

Los efectos secundarios son específicos de cada tipo de fármaco y se detallan en sus prospectos. Afectan aproximadamente al 10% de la población. Los efectos secundarios más frecuentes de los antiinflamatorios son la lesión del tubo digestivo -que puede variar desde el simple ardor de estómago hasta el desencadenamiento de un sangrado por úlcera- y, menos frecuentemente, la lesión del riñón.

Cuanto mayor sea el tiempo durante el que use un fármaco, menor suele ser su eficacia y mayor el riesgo de que aparezcan efectos secundarios, por lo que es importante evitar la auto-medicación y tomarlos estrictamente según la prescripción del médico. Por otra parte, nunca debe usar aquellos fármacos a los que tenga riesgo de ser alérgico o un médico haya contraindicado en su caso. Hacerlo podría llegar a provocar la muerte.

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lunes, 1 de marzo de 2010

Drogas Antiinflamatorias


Los antiinflamatorios por su efecto de acción calman el dolor de la inflamación e incluso algunos llegan a bajar la fiebre, pero no es recomendable, sobretodo en menores de un año o en mayores de 60, usar un antiinflamatorio para controlar la fiebre: en estos pacientes siempre la primera opción es un analgésico.

Medicamentos como la Aspirina, la dipirona o fenil butanona, el ácido mefenámico, el Paracetamol; todos estos medicamentos y otros que no listamos se prescriben para enfermedades como el reumatismo, artritis reumatoidea, artrosis y en el proceso de inflamación de las articulaciones pero que tiene dolor como la bursitis, tendinitis, esguinces, etc.

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viernes, 23 de mayo de 2008

Inflamaciones e Infecciones Ginecológicas

Hay muchas inflamaciones e infecciones ginecológicas diferentes que requieren del cuidado de un médico. Es muy importante para una mujer buscar tratamiento médico para determinar el tipo de infección presente y el tratamiento apropiado.

Las inflamaciones e infecciones ginecológicas se pueden originar en el tracto reproductivo inferior o superior.

viernes, 18 de enero de 2008

La inflamación es una respuesta defensiva del organismo ante un agente irritante o infectivo.

Puede ser aguda o crónica, y se manifiesta mediante hinchazón, enrojecimiento, calor, dolor y alteración en el funcionamiento del área u órgano afectados. Cuando un tejido es dañado, por un golpe, por ejemplo, sus células liberan una sustancia llamada histamina, que produce la dilatación de los vasos sanguíneos y, por consiguiente, el aporte de grandes cantidades de sangre hacia el área afectada. Además, los tejidos inflamados liberan líquido intracelular, conocido como exudado inflamatorio, que puede acumularse infiltrando los tejidos y dificultando o imposibilitando el funcionamiento del órgano o de la región afectada.

Las inflamaciones pueden ser agudas o crónicas. Son agudas cuando presentan un período de hinchazón, dolor e incapacidad crecientes, que luego disminuyen en poco tiempo; se denominan crónicas cuando se prolongan durante meses o años, presentando períodos de mayor o menor intensidad, de acuerdo con factores como la humedad, la dieta o el estado del propio sistema inmunitario.

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Tipos de inflamación según el exudado

Depende del sitio, del agente inflamatorio, de la intensidad y de la duración de la reacción inflamatoria.

  • Tipo 1: inflamación serosa: inmediata, de mínima duración. El exudado contiene pocas proteínas y pocas células. Existe poca lesión tisular. Ocurre sobre las serosas del organismo.
  • Tipo 2: inflamación fibrinosa: el exudado contiene mucha fibrina que se ha formado una vez que ha salido a partir del fibrinógeno. Lo más favorable es que se degrade por el sistema fibrinolítico.
  • Tipo 3: inflamación purulenta: producida por gérmenes productores de pus. (sustancia con alta cantidad de polimorfonucleares (PMN) muertos o vivos y gran cantidad de gérmenes, que le dan una consistencia más o menos líquida). Si aparece limitada, rodeada por procesos de reparación, se le denomina absceso y tiene poco riesgo de diseminación. Si no tiene límites definidos y difunde por los tejidos destruyéndolos, se le denomina flemón (generalmente producido por gérmenes más virulentos y productores de hialuronidasa). Si ocurre en el interio de cavidades, ya sea flegmón o absceso, se le denomina empiema. Mientras que exista pus, no se ha producido la curación. Puede ocurrir que drene de forma natural o que se abra de forma espontánea. Para evitar eso se drena de forma artificial.
  • Tipo 4: inflamación mucosa o mucinosa: en órganos con glándulas productoras de moco (respiratorio y digestivo) el exudado contiene moco.
  • Tipo 5: inflamación hemorrágica: de color rojo intenso, causada por infecciones graves o enzimas endógenas (como por ejemplo, pancreatitis necrohemorrágica).
  • Tipo 6: inflamación eosinofílica: exudado con muchos eosinófilos que aparece cuando el antígeno es un protozoo.
  • Tipo 7: inflamación monocitaria: exudado constituido por linfocitos, monocitos y células plasmáticas, sin ser una inflamación crónica.
  • Tipo 8: inflamación ulcerosa: en órganos con luz la inflamación se puede desprender dejando un hueco llamado úlcera, el cual se produce sobre todo en el intestino.